No es un rumor, es ya el grito de miles de mapuche y chilenos que exigen una respuesta a las autoridades administrativas del Estado. A 102 días de Huelga de Hambre, el dolor de una mujer, denostada como una activista y fanática, detenida contra lo que parece ser una lucha de gigantes, ella solamente suspendida con la fuerza vital, ese elemental rasgo que ha posibilitado que las sociedades construyan mundos mejores; por el otro lado la gigantesca fuerza del Estado, con sus órganos que oprimen con soberbia la valerosa decisión de Patricia Troncoso.
No queremos mártires. Queremos un país que reconozca en cada identidad las fortalezas que hacen posible coexistir. Queremos una pluralidad de naciones que permitan la solución de problemas que apremian a la humanidad. Queremos un mundo donde cada sujeto tenga un espacio digno de desarrollo.
No queremos mártires. Los chilenos tenemos muchos, y la memoria es frágil. En la lucha contra la dictadura se quedaron muchos y más dolores que se proyectan en nuestra historia.
No queremos mártires. Patricia debe vivir para ver como es posible que el pueblo que tanto ama, al límite de entregar su vida, se fortalece y se libera de siglos de dominación.
Por Patricia Troncos…
No queremos mártires. Queremos un país que reconozca en cada identidad las fortalezas que hacen posible coexistir. Queremos una pluralidad de naciones que permitan la solución de problemas que apremian a la humanidad. Queremos un mundo donde cada sujeto tenga un espacio digno de desarrollo.
No queremos mártires. Los chilenos tenemos muchos, y la memoria es frágil. En la lucha contra la dictadura se quedaron muchos y más dolores que se proyectan en nuestra historia.
No queremos mártires. Patricia debe vivir para ver como es posible que el pueblo que tanto ama, al límite de entregar su vida, se fortalece y se libera de siglos de dominación.
Por Patricia Troncos…
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