
Es una escalda que con el tiempo puede ser incontenible. Hoy fue muerto por fuerzas policiales militarizadas un joven comunero mapuche de 23 años, Matías Catrileo Quezada. Estudiante de agronomía de la Universidad de la Frontera, aparentemente, participaba en la acción de reivindicación de territorio que el Estado chileno asigna su dominio a Jorge Luchsinger, en la zona de Vilcún a 18 kilómetros de Temuco.
En la zona existe una tensa espera a la mediación de la Iglesia Católica que en voz del obispo de Villarrica, intentará mediar la entrega del cuerpo a las autoridades chilenas, pues los comuneros desconfían de las pericias e investigación que pudieran hacer en la Fiscalía y los órganos represores que realizaron los disparos. Su antecedente es la muerte de Alex Lemún, de 17 años, que en 2003 cayo producto de la acción de Carabineros.
En una muestra de indignidad, cada día más lamentable para muchas expectativas que se pudo tener en la administración Bachelet, la Jefa de Estado deslindó la opinión de los hechos en sus subalternos “…el ministro del Interior, Belisario Velasco, y el subsecretario de la cartera, Felipe Harboe, son quienes están a cargo del incidente.” En una muestra de despreocupación y manifiesto desinterés por un problema policial, es la lógica, no es un problema político. Se habla de la violencia de los comuneros como si esto fuera generación espontánea de cabezas calientes que intentan entorpecer el proceso democrático. Nada. Esto es la conclusión del camino de negación del conflicto, de los esfuerzos del Estado por coactar a individuos o comunidades a favor de la “estabilidad”.
Un instrumento de la lógica que denunciamos en está crónica es la declaración de CONADI: "no fundar, a través de la sangre de los hermanos, la reivindicación legítima de los pueblos".
Ahora necesitamos todos, Mapuche y chilenos, instalar la problemática en los medios, en la sociedad, que no sea el mundo los más preocupados que nuestro entorno.
A 84 días de Huelga de Hambre de Patricia Troncoso, que el Estado chileno asuma otra muerte que está en ciernes si es que no responden a sus demandas.
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