La muerte no vence en ésta pasada, tal vez la próxima será. Finalmente fue aceptada, intermediada por la Iglesia Católica, y después de meses de movilización nacional e internacional, parte de las peticiones más urgentes que levantaron los comuneros que iniciaron una huelga de hambre el 10 de octubre de 2007.
En un contexto de complejidades diversas y contradiciendo muchas veces su discurso de “Gobierno ciudadano”, e iniciando un “segundo tiempo” con sabor a derrota, la administración concertacionista aceptó, en primer orden, conceder beneficios intracarcelarios para la Chepa y los comuneros Juan Millalen y Jaime Marileo.
Lo que no mata fortalece. La nación Mapuche y el movimiento social que logró congregar detrás de sus justas peticiones son un claro ejemplo de ese aforismo. Hoy la sociedad chilena supo de una mujer que entregó toda su fuerza vital en el logro de un justo reconocimiento de las demandas, rompiendo el cerco comunicacional del oligopolio periodístico, que de manera brutal e irresponsable hacia oídos sordos al clamor de un importante sector de la población.
Pero las batallas seguirán. Con un crisol de manifestaciones, el conflictivo vínculo entre la nación mapuche y el Estado chileno debe aun transitar etapas complejas, en que se colocarán a prueba la experiencia y la experticia de unos y otros.
Alguna de estas manifestaciones:
1. Construcción de la Carretera Costa, llamada “Ruta Lafkenche” al sur del lago Budi, zona de alto impacto espiritual para la nación Mapuche.
2. Construcción de proyectos energéticos emplazados en el wallmapu y que afectan de igual forma a las comunidades mapuche y chilena, que en un escenario de alta sensibilidad por los modelos de desarrollo que afecten los equilibrios ambientales, están en la preocupación de los movimientos sociales.
3. Ratificación del Convenio 169 de la OIT, que de manera absurda en el Congreso y el Gobierno buscan interpretar, limitando su alcance en la autonomía de los pueblos originarios.
4. Aplicación de la legislación antiterrorista para juzgar lo que el Estado interpreta como atentados al “Orden Público”, concepto históricamente utilizado para amparar la represión de reivindicaciones de sectores específicos de la sociedad. Detrás de estos verdaderos paradigmas del Estado siempre se esconde la brutalidad del poder oficial. Sería prudente que se escuchen a los ministros de Estado de hace 25 años y se vera que las coincidencias son espeluznantes.
5. La relación con el territorio, la tierra. Será parte de lo que el nuevo representante del Estado, Rodrigo Egaña cuyo cargo será el de Comisionado para Asuntos Indígenas. De larga data es la forma en que se relaciona en el Ordenamiento Juridico vigente la legislación indígena –expresión de la concepción de dominio que tiene el Estado con las identidades originarias- y las demandas y aspiraciones de los “beneficiarios” de esa legislación.
En sus primeras declaraciones, Egaña abogó por el dialogo. Será parte de la misión a impulsar que ese deseo sea concebido como manifestación de respeto por concepciones distintas a la oficial manera de mirar el mundo.
Como se ha destacado en algunos comunicados de medios de comunicación alternativos, Chepa es la expresión esperanzadora del mestizaje, la posibilidad que al fin podamos construir una sociedad que reconozca la riqueza en la diferencia de cada cual.
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